El derecho a la vida no se puede negociar bajo condición alguna, pues destruiría el derecho fundamental de todo

• México y Veracruz deben ser promotores de la vida y de la dignidad humana: Arquidiócesis de Xalapa.

Irineo Pérez Melo.- El derecho a la vida no se puede negociar bajo condición, pues sería destruir el derecho fundamental de todo, por lo que en un auténtico proyecto de nación mexicana, se debe reconocer que el respeto de la vida y la promoción de la dignidad de la persona son la primera y urgente meta.
Lo anterior se desprende del comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, en donde se señala que el adviento llega a su plenitud con la fiesta del nacimiento de nuestro señor Jesucristo.
“Él es la Navidad y por eso se abre paso en nuestra historia para amarnos, abrazarnos, purificarnos y renovarnos en nuestro mundo de relaciones humanas deterioradas por la violencia y, de este modo, revitalizar la dignidad de cada persona para que todos podamos vivir en la paz y la justicia” se añade.
Además, se indica que Jesucristo es la Navidad, pero sobre todo representa un signo luminoso del amor divino que ilumina a todos para reconocer que el respeto de la vida y la promoción de la dignidad persona son la primera y urgente meta de todo auténtico proyecto de la nación mexicana.
Y se enfatiza: “El derecho a la vida no se puede negociar bajo condición, pues sería destruir el derecho fundamental de todo. Jesucristo es la Navidad para que todo México y Veracruz sean promotores de la vida y de la dignidad humana hasta alcanzar la justicia y la paz. No hay otro camino para la verdadera transformación de nuestra patria”.
En ese contexto, se menciona que el verdadero desarrollo integral no se consigue con meros discursos, decretos o buenas intenciones, sino con el trabajo de cada día en la promoción de la auténtica familia y en la creación de proyectos inteligentes de políticas públicas que generen riqueza para beneficiar a los más necesitados.
En el documento signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos, se menciona que esos valores que sostienen con un verdadero Jesucristo revelan y manifiesta la grandeza de cada ser humano y llama a cada creyente y a todo ciudadano para promover, respetar y defender esta dignidad como fundamento del auténtico desarrollo integral.
Esta dignidad, se indica, tiene que ser respetada por cualquier tipo de autoridad y por toda la ciudadanía en general, pues buscar el desarrollo violándola es permanecer en la pobreza y en el engaño permanente.
“La ola de violencia, inseguridad y las políticas abortistas son un claro signo que no se respeta por nadie el derecho a la vida y la dignidad de la persona”, se destaca, por último en el documento.