En tiempos donde el liderazgo educativo exige mucho más que cumplir con la administración, la figura de Irving Ilhuicamina Mendoza Ruiz, Director General del Telebachillerato de Veracruz (TEBA), se ha consolidado como un ejemplo de compromiso, cercanía y visión transformadora. La reciente conclusión de los festejos por el 45 aniversario del TEBA no solo marcó un hito institucional, sino que también dejó al descubierto la fuerza de una gestión que ha sabido tender puentes entre tradición, innovación y comunidad.
Durante esta conmemoración —que recorrió diversas regiones del estado y reunió a estudiantes, docentes, directivos y egresados— se respiró un espíritu de orgullo, identidad y pertenencia. No fue un evento cualquiera; fue una celebración con alma, planeada y ejecutada con precisión, pero sobre todo con el corazón puesto en cada detalle. Y eso, sin duda, lleva el sello de un líder que entiende que la educación pública no es solo un servicio, sino una causa.
Mendoza Ruiz ha demostrado que el Telebachillerato no es solo una alternativa educativa para las zonas rurales y marginadas del estado; es un proyecto de vida para miles de jóvenes veracruzanos. Bajo su dirección, se ha fortalecido el sentido humano de esta institución, al mismo tiempo que se han impulsado acciones concretas para mejorar la calidad educativa, la infraestructura y el vínculo con las comunidades.
El 45 aniversario no fue un cierre, sino un punto de partida. Una muestra de lo que se puede lograr cuando hay voluntad política, vocación social y pasión por la educación. Irving Ilhuicamina Mendoza Ruiz ha logrado imprimirle al TEBA una narrativa fresca, cercana, y profundamente enraizada en las realidades locales, pero con la mirada puesta en el futuro.
Desde esta columna, va un merecido reconocimiento a su labor y a todo el equipo que hizo posible esta gran conmemoración. Porque cuando se celebra con propósito, también se inspira. Y Veracruz necesita seguir inspirándose en líderes como él.