
*Jamás será aceptable que muchos mexicanos y veracruzanos vivan en la pobreza en un país con tantas riquezas, expresa.
Irineo Pérez Melo.- La Arquidiócesis de Xalapa reprobó el uso de los recursos públicos para beneficio personal, sino que todos los recursos del país, que son abundantes, se deben utilizar para el bien de cada ciudadano y para instaurar un verdadero desarrollo social.
Lo anterior se desprende del comunicado dominical emitido por la oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa en donde se enfatiza que “jamás será aceptable que muchos mexicanos y veracruzanos vivan en la pobreza en un país con tantas riquezas”.
De ahí que será una labor constante entre gobierno y ciudadanía lograr que cada mexicano y veracruzano tengan lo necesario para vivir dignamente, se indica en el documento signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos.
Se indica que la auténtica generosidad no se debe practicar usando los recursos que son de todos para beneficiar a los del propio grupo.
“Nadie debe favorecer económicamente a unos cuantos y olvidar a muchos, para obtener poder sobre algunos grupos, porque entonces se privatizan los recursos que son de y para todos”, se agrega.
Se hace alusión de la imagen del banquete que es muy frecuente en la Biblia para hablar del reino de Dios. Jesús la usa muy a menudo. Es uno de los símbolos más repetidos en el evangelio. El banquete es una forma de expresar que el reino es justicia, alegría, gozo, solidaridad, bonanza y paz para todos sin exclusión de nadie.
Así lo afirma Jesús: «Vendrán del norte y del sur, del oriente y poniente, a sentarse en el banquete del reino de Dios» (Lucas 13, 29). El banquete del reino es bonanza para todos, por eso cada ciudadano y creyente deben tener lo necesario material y espiritualmente para poder vivir con dignidad y alcanzar así su vocación de realización humana y divina.
En ese contexto, se refiere que el “banquete del reino de Dios no es un privilegio que se adquiere por títulos o etiquetas; es más bien un don gratuito del que gozan todos los que luchan por él, sean creyentes o no. El banquete del reino de Dios es un tesoro abundante que ofrece criterios de juicio, valores, modos de vida y una visión integral del ser humano para poner al centro a la persona que ame a Dios y sus conciudadanos.