Tránsito está muy devaluado, agentes deshonran el uniforme que portan: Esteban Bautista

•La paciencia de la gente tiene un límite y hacen actos como el ocurrido recientemente en Tezonapa, dice.
•Tránsito y Transporte Público deben certificar a sus elementos, pero sobre debe haber código de ética, responsabilidad, transparencia y honradez, añade.
Irineo Pérez Melo.- El papel de la Dirección General de Tránsito y Seguridad Vial del estado “está ‘muy devaluado’, hay muchos señalamientos de la sociedad sobre el trabajo que hacen (los agentes de Tránsito), deshonran el uniforme que portan”, aseguró el diputado Esteban Bautista Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.
En entrevista, previo a la sesión del pleno legislativo de este jueves, el legislador local morenista se refirió a los hechos violentos suscitados el pasado martes en Tezonapa, dónde civiles agredieron a supuestos elementos de Tránsito, presuntamente cansados de abusos y extorsiones.
En una clara advertencia a los elementos que conforman los cuerpos de seguridad, sean estos policías municipales o estatales o de la Guardia Nacional, comentó ante el cuestionamiento, que la paciencia de la gente tiene un límite y hacen actos como los ocurridos en esa población.
En ese contexto, hizo un llamado a las direcciones de Tránsito y Seguridad Vial, así como de Transporte Público del estado a certificar a sus elementos; “debe haber código de ética, de responsabilidad, de transparencia y, sobre todo, de honradez”, subrayó.
Destacó que este no es el primer caso que sucede en Tezonapa, es en dónde quiera., incluso, “a mí me ha pasado”. Y relató: “una vez voy pasando en Acayucan y no fue un tema que yo lo haya hecho, traía prisa y esta (el semáforo) marcando amarillo y voy a pasar y justo que voy entrando, se pone en rojo y digo: no me vieron, voy manejando y cuando me doy cuenta ya vienen detrás de mí, me voy a parar”.
“Me para (el agente de Tránsito); qué pasó oficial, le pregunté; mire y me sacó su librito, como siempre; le digo: híjole, llevo prisa, sé que cometí algo, no tan grave. No sí y empezó a hacer una descripción y usted va a ir a pagar, creo que $1,800.00. pero podemos arreglarnos aquí. Le digo: Cómo, sí podemos arreglarnos”.
“Le digo: Yo no me vengo a arreglar con usted, deme mejor lo que voy a pagar, y me responde: No. No. No, lo espero allá, o sea, me di ce: aquí le dejo la Ley de Tránsito, deme $500.00, pero, allá me los va a entregar”.
“Lleva una ley viejita, lo llevo en la mano y voy pensando mil cosas, creo que el señor me conoce, voy avanzando a la salida de Acayucan. Le digo: aquí tiene su ley, muchas gracias. Me dice: le voy a dar un salvoconducto por si lo vuelven a parar, y ya me arranqué y no le dí ni un peso”.
“Yo creo que me maldijo y me dijo cuantas cosas, pero no caí en su juego. Otro día me volvió a ver y ví que me señaló, movió los labios, como diciendo me las vas a pagar. Le digo: bendiciones”, concluyó.