Como las ratas de barco, Juan Manuel Rivera González, ante el Covid 19,

Qué bárbaro… ¡¡ Huyó el alcalde…!!

*Como las ratas de barco, Juan Manuel Rivera González, ante el Covid 19, abandona el timón de la nave banderillense, temeroso e irresponsable…

“Existen cobardes disfrazados de redentores pero huyen al primer movimiento”

Todos los que llevamos una responsabilidad en esta agradable vida, absolutamente todos, cargamos en la espalda el llamado código de honor…los medios de comunicación cumpliendo con la veracidad en la información, sin horario, sin vacaciones; los maestros con el deber de la enseñanza, los médicos y sobre todo en estos difíciles momentos del Covid 19, siendo los héroes ante los retos de su vocación y las victimas ante la ignorancia y desesperación de los pacientes y familiares…los políticos, bueno, es un tema delicado por las decisiones equivocadas en la mayoría y su escaso interés por dedicarse a la labor de permanecer con sus pueblos…

 

Están en las presidencias municipales por la gracia de Dios, algunos, otros por la desfachatez de continuar en cargos públicos y, los más…oportunistas y malvados que juegan con el sentimiento noble de su pueblo, caso directo, el de Banderilla, Juan Manuel Rivera, traicionando la confianza y el honor como político, demostrando que le quedó demasiado grande la silla municipal y que en estos tiempos de pandemia y de mayor responsabilidad como guía de su pueblo, es cuando deben de estar encabezando al menos la palabra de aliento y de solidaridad y es lo que menos hizo el malogrado munícipe, huyendo a la cercana ciudad de Xalapa, como los roedores que con cola larga y trompudos, son los primeros en abandonar el timón…tiene su razón de abandonar la nave.

 

Presintiendo el naufragio inminente de la presidencia municipal que no ha logrado conducir, se largó de Banderilla para radicar en la capital del Estado, cierto es, no tan lejos de ese lugar que confió en él y le está dando de comer, canonjías y lujos jamás soñadas en él, pero como lo confió a un cercano colaborador, se retira de este hospitalario lugar “para que no me estén chingando a cada rato “, expresó campechanamente.

A la mesa de redacción de esta columna, llega un escrito de personas que comentan: “Somos banderillenses, vecinos de la calle Martinica, Palenque e Hidalgo algunos con más de 60 años viviendo en estas calles, la mayoría nos conocemos. Hoy estamos muy enojados, ya que el alcalde Juan Manuel Rivera González, una vez más queda mal con los habitantes de este municipio, sumando otra inconformidad referente a la situación actual del Covid 19 en donde el “rajado” alcalde no presta atención a las solicitudes ciudadanos en cuanto a las precauciones y atención a los banderillenses sabiendo que su guía y responsable del pueblo, los ha abandonado.

Ninguna despensa, ninguna información local, nada de voces solidarias salidas del Ayuntamiento de Banderilla, sencillamente porque el presidente municipal Juan Manuel Rivera, brilla por su ausencia y si el gato está fuera de su responsabilidad, los ratones hacen su fiesta, caso concreto del  encargado de las obras, Antonio Morales Padilla, quien como estupendo “ujier” del alcalde siempre lo justifica, pero los vecinos de Banderilla, en su escrito aseguran:

“El colmo fue el día martes 21 de abril, los vecinos solicitamos una reunión con el alcalde, sin embargo nunca llego, los mismos trabajadores nos aseguraron que no llegaría, pues dijeron que está en cuarentena, que no sale por lo del coronavirus, que incluso se compró una caminadora de más de 80 mil pesos, para ahora correr dentro de su casa y así no infectarse; entonces ahora si se apareció el ingeniero Antonio Morales, y nos explicó que si se arreglaría el drenaje.

Qué lamentable lo de Juan Manuel Rivera, convertido en un torpe presidente municipal, soberbio ante su gente – no su pueblo, siendo xalapeño – ignorante funcionario que encabeza los lastres de los proyectos que la ciudadanía le creyó, verdaderas ofensas a Banderilla con su autoritarismo y desfachatez, de quien comentan sus amigos…camina como arañando el aire, como entre margaritas.

No es comentario de vecindad, es el clamor justo de los banderillenses.

 

Del personaje de Obras Públicas, en la siguiente columna.