El coronavirus en Italia, España y Estados Unidos. El coronavirus en México y el resto del mundo. Cómo se originó y dónde, son algunos de los temas que llenan los encabezados de los diarios impresos y digitales, de la radio, de la televisión y de todas las redes sociales. Cómo avanza en México, qué dice el Sector Salud, qué dice y hace el señor Presidente; cuántos y dónde se han contagiado o han muerto.
Si fuera posible el contagio de oídas o por lectura, estaríamos en una terrible situación. La nota roja aparece con menos frecuencia. Secuestros, homicidios y balaceras dejan un poco de espacio a los robos en lugares comerciales. El aspecto de la política se retrotrae a las críticas de estrategias para combatir la pandemia y se pasan por alto las acciones y acuerdos que tendrán sus efectos mucho más allá del Covid-19.
Poco se dice de la gente que suele “salir a pasear” o recorrer espacios públicos sin una necesidad apremiante. Son los candidatos a extender el contagio, como sucedió en otras partes del mundo. De ellos debiera hablarse más. De las medidas para enfrentar la epidemia y la crisis económica que viene, dos temas relacionados pero de sustancia distinta, que requieren además un buen grado de especialización.
En las noticias internacionales nos enteramos de las medidas que se están aplicando en muchos países del orbe para evitar la propagación del virus, en donde destacan la transparencia de la información, la coordinación de todas las acciones de gobierno, y la participación consciente y responsable del ciudadano en lo familiar y lo social. Nos enteramos de lo que hacen en Japón, Corea del Sur y la propia China.
Entre los temas actuales para hacer posible el aislamiento, hace falta ahondar y esclarecer en el mundo del trabajo a distancia. Cómo debiéramos prepararnos para el teletrabajo y el trabajo remoto en equipo. Cómo darle plusvalía al encierro forzado, con tantas actividades que siempre hay por hacer. Del transporte público y las medidas ciudadanas para un uso sin riesgos. De la salvaguarda de los trabajadores de la empresa privada. De cómo ayudar a las otras víctimas de la pandemia como son la población autoempleada o subempleada.
La vacuna, cuando sea real y accesible, llegará a la población. Pero no hay hospitales en número suficiente ni están preparados para atender a una población creciente ni cuentan con el equipo necesario. Por eso nuestra mejor prevención
para evitar los contagios es permanecer en casa. Y si es necesario salir, tomar las precauciones indicadas por el Sector Salud.
Antes de esta crisis sanitaria, Eduard Soler (CIDOB, Barcelona, Diciembre 2019) previó que los grandes retos mundiales para este 2020 parecen resumirse en tres palabras: desorientación, desigualdad y desincronización. Desorientación porque fallan o se cuestionan instituciones incapaces de canalizar el sentir de la población; desigual entre países y dentro de cada sociedad; desincronizado porque se avanza a ritmos muy distintos en lo social y en lo global. En una contingencia mundial como la de ahora, todas estas fallas salen del cajón adornado de los gobiernos para exhibir que el ser humano, con el paso de los siglos, no aprende de sus errores.
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