• Mes de octubre será un tiempo oportuno para ser solidarios con ellos y tenderles la mano en esta situación de necesidad, señala.
Irineo Pérez Melo.- Ante la contingencia meteorológica que se vivió en la zona norte del estado de Veracruz, “hoy más que nunca, muchísimas personas damnificadas llaman al corazón solidario de la sociedad veracruzana para tenderles la mano en esta situación de necesidad”.
Lo anterior se desprende del comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, en donde se da a conocer que todo el mes de octubre será un tiempo oportuno para ser solidarios con los damnificados por las lluvias e inundaciones sufridas en días pasados.
En el documento, signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos, para todo bautizado, junto al valor de la justicia está colocado el de la solidaridad en cuanto vía privilegiada de la paz.
“La paz en México y Veracruz solo llega con la justicia y la ayuda solidaria de cada ciudadano en favor, por ahora, de los damnificados veracruzanos”, se señala en el documento.
En el comunicado hace alusión al pasaje bíblico, relativo a la parábola de los diez leprosos sanos por Jesús revela dos verdades fundamentales de la vida personal y social de cada ciudadano y de todo bautizado: La confianza en la persona de Jesús para salir de uno mismo y la actitud humilde del agradecimiento constante por todos los dones recibidos.
Se indica que los diez leprosos eran personas marginadas del ámbito social, cultural, económico y religioso, pero encontraron en la persona de Jesús la fuerza vital para salir adelante de esta terrible marginación.
“Hoy todavía existen en México y en Veracruz millones de personas marginadas y excluidas del desarrollo tecnológico, social, cultural y económico. Solo la fuerza del amor inteligente de Jesús encarnada en cada ciudadano podrá ayudar a los excluidos a integrarse al auténtico desarrollo integral”, se añade en el comunicado.
Finalmente, se menciona la actitud humilde del agradecimiento constante es el camino seguro para recibir la fuerza del amor inteligente de Cristo, que, unida a la justicia, permitirá que la ciudadanía se haga más solidaria ante las desgracias de varias personas damnificadas por las inundaciones en varios municipios del Estado de Veracruz.