Trabajadores de Sefiplan denuncian irregularidades cometidas por la Tesorera General, Eugenia Guadalupe Blas Nájera

• Incurre en trato despótico y abuso de autoridad hacia sus subordinados y aquellos que no se “alinien” a sus requerimientos son despedidos injustamente.

Irineo Pérez Melo.- Trabajadores de la Subsecretaría de Egresos de la Secretaria de Finanzas y Planeación (Sefiplan) denunciaron el pésimo desempeño de Eugenia Guadalupe Blas Nájera, Tesorera del Estado, de quién dijeron que el trato despótico suele ser una de sus características.
A decir de los quejosos, que pidieron el anonimato por temor alas represalias, señalaron que la citada funcionaría incurre en abuso de autoridad al despedir de manera injustificada a empleados que no se “alinean” a ella.
Y es que desde que asumió el cargo, ese ha sido la constante, lo que ha generado descontento y protestas entre el personal, así como la baja productividad en los resultados.
Los quejosos manifestaron que la relación de Blas Nájera con la SEFIPLAN es estrictamente laboral, no de poder, pero, al parecer ella no lo entiende así, pues ha recurrido a actos de acoso, intimidación y violencia en contra del personal adscrito a la Tesorería, el cual se ha visto obligado a tolerar estas conductas por necesidad.
Los abusos hacia el personal van desde cambios injustificados en sus funciones —sin capacitación previa y sin motivo aparente— hasta maltratos verbales, gritos, uso de groserías, toma de fotografías sin consentimiento, aislamiento, y limitación de derechos laborales básicos, como el acceso a servicios, horarios de comida o salidas al sanitario.
Además del trato inhumano, los trabajadores han denunciado que se les ha instruido realizar acciones indebidas, fuera del marco legal y ético, muchas veces por indicación directa de la Tesorera y aquellos que se niegan a acatar estas órdenes se les somete a un trato aún más severo, e incluso, algunos han sido obligados a presentar su renuncia.
Entre los comportamientos más preocupantes destaca la orden de emitir órdenes de pago que no habían sido liberadas oficialmente. Esta instrucción encendió las alarmas dentro del área, ya que empleados se negaron en acatarla, por lo que en consecuencia, fueron hostigados por una Subdirectora y un Jefe de Departamento —ambos de total confianza de Blas Nájera— hasta que firmaron su renuncia.
Este hostigamiento no sólo lo ejerce la Tesorera, sino que su círculo cercano también incurre en este tipo de prácticas, como es el caso de su Secretaria Particular, Liliana Andrade Cortés, quien ha llegado a solicitar dinero y a revisar pertenencias personales de los trabajadores, lo cual es sorprendente lo normalizado que tiene la Tesorera este tipo de tratos, pues ni siquiera su personal de confianza se ha librado de ellos; varios han preferido renunciar antes que continuar trabajando bajo sus órdenes.
Otra situación grave es el bajo desempeño general de la Tesorería, atribuida a la forma autoritaria y desorganizada de trabajo de su titular, quien parece considerar el área a su cargo como una dependencia y no un área más, comportándose además como si tuviera rango de funcionaria de primer nivel. Esta actitud le ha llevado a minimizar la colaboración con otras áreas, o hacerlo únicamente cuando ella lo decide.
Por esta situación que se vive en esa área de la Sefiplan, es que solicitaron al titular de la misma, Miguel Santiago Reyes Hernández, su intervención para evitar mayores consecuencias, que en un momento determinado afecten a los contribuyentes que por esto no puedan ser atendidos de manera oportuna