El origen del universo

Gilberto Nieto Aguilar

Hablar del origen del universo es como entrar en un cuento de hadas, magos y fantasías. A través de la ciencia se ha elaborado la teoría que tiene una mayor aceptación de los científicos estudiosos del cosmos, pero existen otras que las mentes humanas han concebido y que, al menos por cultura general, también conviene conocerlas.

En los inicios de una inteligencia artificial incipiente, titubeante, pero cada vez más profunda, lógica y extensa, no podía faltar una especulación sobre este tema, alimentada por datos cada vez más copiosos y por la información cada día más abundante. Nosotros, como simples mortales, estamos sujetos a la interpretación sobre el universo que vemos a simple vista desde nuestra pequeña perspectiva, como observadores de un mundo extraordinario.

De alguna manera el origen del universo sigue siendo un misterio. Por eso es objeto de continuas investigaciones científicas. Telescopios de gran potencia como el VLT (Very Large Telescope) y el telescopio espacial James Webb permiten analizar las radiaciones infrarrojas, los exoplanetas y entender el origen del universo. Y está en construcción el ELT (Extremely Large Telescope), en el mismo desierto de Atacama, en Chile, que podría ser el telescopio más grande del mundo.

Hay infinidad de fuentes de consulta, con información parecida, pero parcial. Consulté varias páginas confiables y una serie de artículos de eltiempo.com/cultura/gente (03/02/24) y de National Geography (enero de 2024) para hilar las siguientes ideas. La teoría más aceptada por la comunidad científica es la del Big Bang, que sostiene que el universo se originó aproximadamente hace unos 13 mil 800 millones de años, en un instante definido a partir de un estado de alta densidad y temperatura de la materia y energía.

Esta teoría surgió en los años 20 del siglo pasado, cuando un sacerdote belga llamado George Lemaître propuso que el universo comenzó a partir de un átomo primigenio. La idea fue ganando arraigo en varios científicos y astrónomos por la posibilidad para explicar una amplia gama de observaciones astronómicas, mismas que se apoyaron en conocimientos como la expansión del universo sustentada por el astrónomo Edwin Hubble y confirmada recientemente por los sondeos en el telescopio James Webb, la teoría de la relatividad general de Albert Einstein y el descubrimiento de la radiación cósmica de microondas de Arno Penzias y Robert W. Wilson.

Supuestamente la inmensidad del universo, incluida su materia y radiación, estaba comprimida en una masa densa y caliente de muy poco espacio. Se desconoce cómo se llegó a ese estado, pero la teoría sostiene que tras el Big Bang el universo se expandió con una velocidad incomprensible dado el tamaño inicial, hasta llegar al tamaño astronómico actual, todavía en expansión. Muchos científicos piensan que a medida que transcurrieron miles de millones de años y la materia se enfriaba, comenzaron a formarse tipos de átomos diversos que finalmente se condensaron en estrellas y galaxias, y se expandieron creando el espacio, el tiempo, la materia, la energía, la luz y la vida.

Aunque existen otras teorías como la inflación cósmica, el universo cíclico, los múltiples universos y aun otras, la Inteligencia Artificial se apega a la teoría del Big Bang, aunque señala interrogantes importantes como lo que pudo existir antes o lo que provocó la explosión cósmica inicial. Las leyes de la física no lo pueden especificar. Los documentos científicos de la NASA igual postulan al Big Bang. A partir de las primeras estrellas, los movimientos de estos cuerpos celestes, incluyendo colisiones y fusiones, condujeron a la formación de otros cuerpos en el espacio, como asteroides, cometas, planetas y agujeros negros.

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