¡¡Enjaulados…!!

*Les abrieron la reja para cometer actos vandálicos, escurriendo rabia y sadismo

*Para el gobernador de Jalisco, fue una emboscada; para otros, estuvo  planeada…

*Ridícula la sentencia de castigo y aquí no ha pasado nada… ¿ Y los muertitos ?

“Aquellos que nunca se retractan de sus opiniones se aman a ellos mismos más que a la verdad”

Alfonso Mora Chama

   Asco y repudio a los lineamientos de la máquina que maneja el futbol mexicano. Ya no se puede hablar de una Federación cuando se mezclan intereses de todos los monopolios, no se diga de la televisión, de las cervecerías y de los empresarios de marcas deportivas. Ahora resulta que los mismos comentaristas de la televisión deportiva, desmienten de lo que aseguraron, acerca de los aficionados y porristas fallecidos en la masacre en el estadio La Corregidora de Querétaro… finalmente, solo 26 heridos y acaso, un lesionado grave.

   Fíjense amigos lectores. El autobús o los autobuses, camionetas cerradas y autos exclusivos para la llamada barra de los equipos de futbol mexicano, logra entrar hasta el mismo estacionamiento del estadio custodiado por elementos de la policía y desde aquí ya estamos mal en las ventajas para unos, los de la barra, y desventaja para otros, los fieles aficionados que tienen que realizar maniobras para estacionarse cerca de los estadios.

    A la barra no se les revisa nada. A esto se debe que en el encuentro entre Querétaro como anfitrión y el campeón Atlas, aparecieron en la trifulca, pistolas, navajas, desarmadores y picahielos, incluso una chava de lentes, jovencita, acompaña a un delincuente para romper la red de una de las dos porterías y campantemente la misma chava se guarda la navaja en su bolso… y así a pesar de los testimonios, de las imágenes, de los heridos, y de los 26 muertos que mencionó el comentarista, periodista serio, David Medrano – dos días después, nerviosamente, desmintió – resulta que la Federación Mexicana de Futbol salió con la jalada de escaso castigo para el Querétaro, y no tanto para el equipo, sino que se fue en contra de los directivos, entre ellos, el ex portero del Veracruz, Adolfo Ríos…

   Es mejor no mencionar esta burla cuando nos damos cuenta que ninguno de los noticieros mencionaron lo que ya habían manifestado en cuanto al número de muertos, acompañando la noticia con fotografías y videos de los difuntitos tirados en el túnel que separa las gradas de la cancha, en las gradas desnucados, otros heridos por navaja y picahielo… y no aparecen los difuntos del estadio la Corregidora. Se dice, se comenta, que es con la finalidad de no desprestigiar al futbol mexicano, a Querétaro y a México. ¿ Más todavía del bochornoso show violento que presentaron el sábado negro en el mencionado juego ?

   Todo inicia cuando una misteriosa mano abre la  puerta de la reja en donde estaban los de la barra de Querétaro, posteriormente lo hicieron con la barra del Atlas, otorgando garantías a los malosos que ya portaban navajas, pistolas y picahielos. Lo demás, lo sabemos de sobra, quedando solamente la pregunta y las interrogantes que planteó el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, que se había tratado de una “emboscada” y de los heridos jaliciences que ya todo estaba programado.

    Nos lleva a pensar que a cuantos de unos intereses del futbol que producen riqueza y ambición, conduce a la vez a la codicia destructiva y por ello la porra al servicio de alguien los obliga a cometer actos de salvajismo, desplomados los valores morales, siendo así como salieron las bestias de la jaula del estadio vomitando rabia y sadismo, cual novela de Mario Vargas Llosa, “El sueño del celta”, candente denuncia del salvajismo y crueldades perpetradas por una bola de delincuentes en contra de familias, niños, aficionados y curiosamente los reporteros de cancha, que corrieron riegos y exponiendo su vida, se convirtieron en automático en “corresponsales de guerra”.

   Extrañamente al decir de los asistentes a este estadio, los asesinos portaban radio para comunicarse con ese alguien y continuaban invadiendo hasta llegar a la cancha, para ese entonces, refugio de las familias y de los niños… mientras el comercial del estadio insistía “se disfruta el encuentro con Tecate”.

     Extraño resulta que la directiva del equipo Querétaro, contrató “Policía Privada” para la seguridad, pero solamente de una determinada zona del estadio, sin poder invadir otros sitios, menos en la orilla de la cancha, ahí solamente la policía estatal o municipal, la que vemos cuidando a los futbolistas de tiradores de esquina, que siempre son agredidos por los aficionados… entendemos que la presencia de policías en los estadios, es eso solamente, presencia, pero no seguridad.

    Ese viejo tema de que ahora las barras ya no gozarán de las facilidades, subsidios ni transporte, ni gastos pagados, causa risa y a la vez temor porque seguirán los zafarranchos y la violencia en los estadios del futbol mexicano. El veto de un año y cinco a los directivos no consuelan menos a los familiares de los heridos, mucho menos de los muertos que sí los hubo a decir de David Medrano, aunque haya sido obligado a desmentirlo…

    Todavía, quienes estamos con Chivas Rayadas de Guadalajara, no olvidamos la violencia suscitada en el juego de vuelta en el estadio de la Bombonera de Buenos Aires, Argentina, contra Boca, llevando el rebaño sagrado una ventaja de 4 goles contra cero, triunfo obtenido en el Jalisco en la Copa Libertadores 2005, y los aficionados de Boca Junior agredieron al “Bofo” Bautista, no solamente arrojando de todo al goleador de chivas, también la agresión física de un desadaptado y hasta el recoge balones, obligando al árbitro a suspender el encuentro… vimos las diversas actitudes de impotencia y cobardía de Palermo, demostrando el cobre, y la fuera pública, es decir, los policías argentinos dando facilidades a los agresores… pues precisamente de aquí, de Argentina nos llegaron a México, las viles copias de las barras de equipos mexicanos, con el disfrazado nombre de “grupos de animación”, siendo el club Pachuca el primero en adaptarlas…

Ya el salvajismo parece institucionalizado.