Gilberto Nieto Aguilar
Los amigos enriquecen y nutren el alma personal y social. Nos impulsan por los senderos de la vida y nos alientan a seguir, atesorando en la convivencia y compartiendo algo en común, las ideas y visiones de vida que nutren el momento y fortalecen el camino de lo que está por venir. Todos hemos tenido, en las diferentes etapas de la vida, grupos de amigos que nos dejan recuerdos imperecederos que forman parte indeleble de nuestro estado interior.
Gracias a Dios, hay muchos amigos en diferentes momentos y circunstancias que llenan nuestras vidas de una enorme riqueza emocional e intelectual. Algunos se han ido y nos queda el recuerdo de lo que aprendimos juntos, los momentos que intercambiamos opiniones que seguramente tuvieron algún efecto en nuestras vidas. O simplemente porque fueron buenos amigos que nos extendieron su mano franca.
Entre los muchos que se han ido quiero mencionar, en ese recuerdo que les debemos, a cuatro maestros que han dejado su huella en el ámbito cercano del trabajo y que quizá muchas personas también los recuerden por sus enseñanzas, su amistad, su apoyo, su colaboración, su don de gentes. Fueron maestros e inspectores de escuelas secundarias generales y, por ese simple hecho, tocaron vidas de maestros, de padres y madres de familia, y de alumnos que hoy son ciudadanos.
Hace unos tres años se fue Fernando González Arroyo, el “paisano” como solíamos decirnos desde aquellos viejos años de compañerismo en la secundaria. Fue un buen amigo que con la experiencia acumulada en los cargos sindicales hasta llegar a Secretario General de la Sección 32 y ocupar algunos cargos en el gobierno, supo utilizar la humildad y la sencillez en el trato a los demás. Era Inspector de secundarias al momento de su muerte.
Hace poco nos dejó Arturo Chavero Ángeles, un espíritu inquieto que incursionó desde el Comité Nacional del SNTE hasta la jefatura del Departamento de secundarias de la SEV. Fue director en Álamo y al fallecer ya tenía algunos años de estar jubilado como Inspector de secundarias generales.
Cansado y enfermo, pero con las botas puestas, León Mondragón Cruz abandonó esta vida habiendo también aportado su granito de arena en el Departamento Técnico de secundarias. Fundó la Secundaria General No. 6 de Xalapa y acompañó al maestro Antolín Torres Mendieta, otro gran personaje, en sus andanzas por el Cobaev.
Hace apenas unos días, nos dejó el maestro de maestros, Guillermo Othir Alarcón Salazar, quien hace más de 40 años renunció una brillante carrera como funcionario en la SEP nacional y como maestro en la Escuela Normal Superior de la Ciudad de México, por venir a servir en su tierra amada como el primer Jefe del Departamento de Escuelas Secundarias Generales, hoy Subdirección, y años más tarde, en la Dirección General de Educación Secundaria. Un gran señor y admirado maestro.
La vida es efímera y cada persona realiza lo que puede entre los demás. Todos tienen oportunidades, pero cada quien aprovecha las que le acomodan, las que concuerdan más con su perfil, las que los azares del destino les ofrecen. Es tan amplio el diversificado campo de los quehaceres humanos, que resulta maravilloso observar a aquellos que destacan en uno de esos campos. Los maestros mencionados destacaron en el campo de la educación secundaria y en el servicio a los demás, y con ello lograron dejar un buen recuerdo. Descansen en paz.
renunció gnietoa@hotmail.com